jueves, 26 de marzo de 2020

LOS TEMPLARIOS, LA MUJER Y EL ESOTERISMO



 ¿Convivieron mujeres con los templarios?. Es una realidad que el Temple tuvo una relación estrecha con mujeres y los documentos aportados en este libro lo demuestran. El esoterismo es un hecho consustancial a los templarios, aunque se intente ocultar y hacer pasar al Temple como una Orden más. La flota templaria existió, conoce sus puertos y sus naves. Descubre la verdad sobre el Temple y su huella hasta nuestros días.

 

¡¡¡ NUEVO LIBRO A LA VENTA !!!

PINCHA EN EL ENLACE DE LA DERECHA PARA ADQUIRIRLO EN AMAZON

domingo, 17 de marzo de 2019

BELCHITE TEMPLARIO

El barranco de la muerte. Toma de Zaragoza 1118 (Agustín Salinas Teruel 1891-92)



Belchite es tristemente conocido por haber sido escenario de una batalla cruenta de la Guerra Civil Española. Pero este municipio de la provincia de Zaragoza, esconde una historia poco divulgada y que ha sido sepultada por los escombros de una herida, difícil de digerir. Su pasado se remonta hasta la Edad del Bronce, encontrando huellas en la Cueva de los Encantados y sus primeros asentamientos humanos se establecen en la Edad del Hierro.


 
Ruinas de Belchite tras la Guerra Civil

 El campo del Belchite pasó a ser poblado por musulmanes y cristianos, así como por íberos, celtíberos, visigodos, romanos y en el siglo XV por judíos. La comarca, con fuerte presencia musulmana, cuya fuerza era vital para la defensa de “Saraqusta” (Zaragoza), estaba regada por el río Aguasvivas y las confluencias de aporte hídrico de varios ríos. La capital de esa zona se estableció en Belchite, comportando una gran y próspera extensión agrícola, contando con un castillo o “Bisn”. Una zona apreciada y de gran interés para los árabes puesto que, en sus inmediaciones, se encontraba  Almonacid de la Cuba, con su castillo y su presa que, posicionados estratégicamente en el castillo de Almonacid (Bisn al- Munastir), controlaban la captación y curso del agua hacia Belchite.



 
Río Aguasvivas

 



Una vez situados someramente en una parte de la intrahistoria de Belchite, hay que abordar la implantación de las órdenes militares en la comarca, ya que Alfonso I el Batallador necesitaba protección para toda la zona, tras su reconquista a los almorávides, conformada por las poblaciones de Almochuel, Almonacid de la Cuba, Azuara, Codo, Belchite, Fuendetodos etc, conformando el arciprestazgo de Belchite, dependiente del arzobispado de Zaragoza, si bien es cierto que algunas zonas estaban bajo los señoríos laicos como la Casa de Hijar, los Bardají y al conde de Fuentes, algunas como Codo, Lagata y Samper de Saltz, pertenecían al monasterio cisterciense de Rueda.



 
Presa de Almonacid de la Cuba, presa madre de Belchite



Alfonso I el Batallador y sus tropas ocuparon Belchite en 1118, cuando a la par nacía la Orden del Temple en Tierra Santa, convirtiendo Belchite en un lugar de gran importancia estratégica, como frontera con el mundo musulmán de Al-Andalus . En el año 1119 se le otorga a Belchite Carta Puebla, bajo el mando de honor del magnate aragonés Galindo Sánchez, posteriormente pasa a su hermano Lope Sánchez, para recalar finalmente en el nieto del primero, Galindo Jiménez, que en 1148 era “tenente” de Belchite.



 
Monasterio Cisterciense de Rueda



Para reforzar la seguridad de la zona, Alfonso I creó en 1122 la cofradía militar de Belchite, una verdadera “Militia Christi”, con concesiones de indulgencias y confirmada posteriormente por Alfonso VII en 1136. Esta cofradía se regía, entre otras cosas, por no ir contra cristianos, aunque el rey lo demandara, los ingresos obtenidos y las tierras conquistadas, eran exclusivamente para la cofradía y lo más transcendente y llamativo era que, cualquier servicio tenía la misma consideración que los alcanzados por los templarios en Tierra Santa.



 
Ruinas del castillo del Temple en Belchite



La Cofradía de Belchite cae en decadencia y toma el relevo la Orden del Temple, que con la Concordia de Girona de 1143, en la que se plasmaba la creación de la cofradía, como los territorios de influencia, así como la entrega de todo el señorío y honor de Belchite al Temple y los “castrum”  de Monzón, Montgay, Xalamera, Barberá, Remolins, Corbins etc.   Se daba por zanjado el problemático testamento de Alfonso I y se realizaba la implantación consolidada del Temple en la península. 

 
Creación de la Cofradía de Belchite y concílio para la toma de Belchite. Burgos 05-10-1136 (Archivo histórico nacional, Sección clero secular-regular Car. 623, n.11)  




martes, 5 de febrero de 2019

EL GRIAL DE SAN JUAN DE LA PEÑA

Monasterio de San Juan de la Peña




El monasterio de San Juan de la Peña, lugar mágico donde los haya, está construido en los alrededores de un antiguo enclave prerromano, en Jaca (Huesca) al abrigo de una oquedad del monte Pano, llamado así por ser un asentamiento íbero, lugar de culto al dios romano Pano y frecuentado por eremitas en el siglo X. Por la misma época se datan los orígenes del núcleo monástico con la fundación de un templo a la advocación de San Juan el Bautista. Fue un rey navarro, Sancho Garcés III apodado “El Mayor” que en 1025, refunda el monasterio otorgándole la regla de San Benito, ampliándose a lo largo de los siglos con varias construcciones. Acoge en su seno las sepulturas de reyes aragoneses y pamploneses como Ramiro I, Pedro I y  Sancho Ramírez. Es en el siglo XI, hacia el año 1028, cuando adquiere una gran importancia como centro neurálgico religioso y político, gracias a las donaciones de monarcas y señores aragoneses y navarros. Es en el mismo año 1028, cuando al tener el monasterio otorgada la regla de San Benito, se instalan monjes huidos del monasterio de Cluny en Francia. El acta de donación del monasterio se data en el 1162 por el Conde D. Lope IX en Vizcaya a favor del abad D. Sancho. El rito mozárabe por el que se impartía misa, desaparece de las celebraciones por última vez en 1071 y se instaura el rito romano.

 

Cáliz Catedral de Valencia
Estracto de la carta de donación del monasterio de San Juan de la Peña por D. Lope IX a favor del abad D. Sancho 1162 (Real Academia de la Historia — Signatura: 9/284, fº 4 (21 vº).



El hecho más relevante por el cual el monasterio de San Juan de la Peña es famoso, es la custodia de una copa, a la que otorgan la denominación de Santo Grial. Numerosas leyendas aseveran que la copa, que protagonizó la última cena de Jesús, fue depositada en dicho monasterio, ateniéndose a la interpretación de la obra que quizás sea la más importante de la literatura medieval. Nos referimos al poema épico medieval del siglo XIII, escrito por el alemán Wolfram Von Eschenbach, llamado Parzival. Esta obra recoge las leyendas artúricas y griálicas, de otro escritor anterior del siglo XII llamado Chrétien de Troyes. Pero posicionándonos en los extramuros de las leyendas, que siempre son susceptibles a cualquier interpretación sesgada, hemos de atenernos a las pruebas que nos pueden ofrecer los documentos. Sobre todo, se tiene que despojar la mente de toda influencia religiosa o tradicional y acometer la investigación de esa copa, no como un grial con todas las connotaciones e implicaciones que conlleva, si no como un objeto arqueológico, al que se ha podido documentar su itinerario. 

 

Cáliz de Valencia


La copa transitó por muchas vicisitudes ya que durante la invasión musulmana, hubo de ser ocultado en varios lugares como en la zona del pirineo, Yebra, Siresa, Bailio y San Juan de la Peña. No se puede establecer la fecha exacta del ingreso de la copa, ya que la única referencia a ella, se halla en un escrito del canónigo de Zaragoza, Juan Agustín Carreras, quien sitúa la presencia de la copa en el monasterio de San Juan de la Peña, en el 14 de diciembre de 1134, pero al no contar con un documento que lo afirme, debemos desechar esa afirmación. Cuando se debe aseverar la presencia de la copa en el monasterio es  en el año 1399, concretamente el 26 de Diciembre, fecha en la que inicia su andadura. El documento que prueba ese hecho, es el que se conserva en los Archivos de la Corona de Aragón, correspondiente al rey Martín I, “El Humano” que en ese año mencionado de 1399, el monasterio de San Juan de la Peña, le dona  al Rey “El cáliz de piedra en el que Cristo consagró su sangre en la santa cena”, así reza textualmente dicho pergamino y “En agradecimiento por la donación, el rey ofrece al monasterio un cáliz de oro” culmina así el pergamino. 

 
Acta de donación del cáliz por parte de San Juan de la Peña al Rey Martin I (ACA, Cancillería,pergaminos,Martín_I,carp.323,nº136)

El rey Martín I se lo llevó a Zaragoza, al palacio real de la Aljafería  y hasta su muerte en 1410 estuvo en el Palacio Real Mayor de Barcelona. Alfonso V el Magnánimo lo trasladó al palacio de Valencia, pero con motivo del viaje del rey a Nápoles, lo entregó a la Catedral de Valencia en el año 1437, cuyo documento de donación, se encuentra en el propio archivo de la catedral, con la signatura (Volumen 3.532, fol. 36 v.) y consigna el siguiente texto ““El Cáliz en que Jesucristo consagró la Sangre el Jueves de la Cena, hecho con dos asas de oro, cuyo pie, del mismo color que el Cáliz, está guarnecido alrededor de oro con dos rubíes y dos esmeraldas en el pie, y con veintiocho perlas, comparadas al grueso de un guisante, alrededor del pie de dicho Cáliz”.

 
Documento de ingreso del cáliz en la Catedral de Valencia en 1437

 

Es evidente el gran componente religioso y dogmático del texto, que asevera sin ningún tipo de comprobación que es el cáliz que usó Jesús en su última cena. Fue conservado en la catedral, hasta que entre el 1809 y el 1813, años en los que se desarrolló la Guerra de la Independencia, tuvo que ser trasladado a Alicante, Ibiza y Palma de Mallorca, para huir de las manos napoleónicas. Después de ese ajetreado periplo, por fin descansó en 1919 en la antigua Sala Capitular de Valencia. Aún le aguardaba otro destino a la copa, ya que en la Guerra Civil se puso a buen recaudo en el pueblo valenciano de Carlet.

Ese recipiente, porque es así como debe tratarse, es un vaso o taza de ágata pulida veteada, una copa “alejandrina” datada entre el año 50 y 100 A.C. según el estudio realizado por el profesor Antonio Beltrán y publicado en el 1960 en su obra “El Santo Cáliz de la Catedral de Valencia”. El vaso lo sostiene o lo abriga un pie y unas asas de oro, puestas con posterioridad, así mismo lo adornan unas joyas que embellecen la base de la “reliquia” que son de origen islámico. Sus medidas son de 17 cm de altura total y medidas de la copa en sí son (9,5 cm de diámetro y 7 cm de altura. Pero lejos de haber acabado con la descripción de esta joya, aún nos aguarda una sorpresa. Desapercibida a la mirada del visitante, descansa en el pie de la copa una inscripción en árabe, escrita en caligrafía cúfica, que es un tipo de escritura considerada la más antigua, que fue desarrollada en la ciudad de Kufa (Irak), antigua Caldea, situada en Mesopotamia. La acepción con más consenso dice que en la inscripción se lee la palabra “Lilzáhira” cuya traducción sería, (Para la más floreciente o para el que reluce), dejemos a los lingüistas su traducción. 

Inscripción al pie del cáliz de Valencia

 


Sea como fuere, reiterar que se ha hecho el itinerario de un objeto arqueológico, partiendo de la más absoluta asepsia, que es el método a seguir para toda investigaión objetiva.


Para ampliar información puede remitirse el lector al artículo de este blog llamado http://gotica-manticora.blogspot.com/2017/07/el-grial-una-copa-milagrosa-que-jamas.html


miércoles, 26 de diciembre de 2018

GUILLEM DE MONTRODÓN, EL DESHEREDADO






Los Mont-Rodón, linaje perteneciente a la pequeña nobleza catalana del medievo, eran los nobles de la comarca de Osona enclave de la zona de Taradell. En las costumbres medievales se implantó la figura del “Hereu” el único heredero, que recaía en el hijo primogénito de una familia Esta costumbre se llevó a cabo entre los siglos X y XII, entre la sociedad catalana. Las familias donaban la práctica totalidad de sus bienes al hijo mayor, dejando la mínima parte de sus posesiones al resto de los hijos, que habitualmente debían emanciparse, buscando su futuro y en el caso de las hijas, se les ingresaba en algún convento o se les daba en matrimonio. Era habitual, que los padres que efectuaban dicha transmisión de sus bienes al hijo primogénito, se reservaran el usufructo, con lo cual se les “obligaba” a los primogénitos a residir junto con sus familias, si las formasen, en el mismo lugar que los padres. Eso conllevó la formación de grandes núcleos familiares. En el caso que nos ocupa, es el hermano mayor de Guillem de Mont-Rodón (1165 – 1229), llamado Ferrer, el que hereda la mayor parte de los bienes de sus padres, Guillem de Mont-Rodón y Guillermina de Cassá, repartiéndose el resto entre el propio Guillem, que era el segundo de la familia, junto a sus dos hermanas, Adaledis y Saurina. De hecho el propio Ferrer ya figura en documentos oficiales junto a sus padres, a causa del establecimiento de donaciones, como el otorgado el mismo año del nacimiento de Guillem en 1169. En ese documento figuran sus padres y el propio Ferrer, junto a varios intervinientes, como copartícipes de una donación de la mitad de unos bienes inmuebles en la zona de Taradell, por el precio de un maravedí de oro, como precio de salida y la mitad de los beneficios que se obtuviesen de otras propiedades. 

 
Donación padres de Guillem de Mont-Rodón y su hermano Ferrer. Biblioteca de Cataluña

 

 

Se podría pensar que los desheredados en aquella época caían en desgracia, al tener que buscar la fortuna o el reconocimiento, usurpado por unas leyes injustas. Algunos transcendieron a la historia, en contra de lo que cabría esperar, como es el caso de nuestro protagonista, Guillem de Mont-Rodón. Llegó a ser Comendador de la Orden del Temple de Gardeny, Maestre de Provenza, Cataluña y Aragón, responsable de las finanzas reales catalano-aragonesas y tutor de un niño rey, Jaime I, en la fortaleza de Monzón por orden Papal, junto a su primo hermano Ramón Berenguer V, conde de Provenza, pero antes de todos esos honores, sirvió como caballero a las órdenes del rey Pedro I el Católico. Ingresó en los templarios a la edad de 20 años y seis años después, el 27 de abril de 1195, otorga testamento a favor del temple. El no ser el primogénito de una familia noble, no le quitó ni un ápice de nobleza, pero no la que otorgan los títulos, si no la que confiere su honestidad como ser humano en sus 60 años de vida. ¿Quién dice que fue un desheredado?.
 

 

Testamento de Guillem de Mont-Rodón. Biblioteca de Cataluña



 

miércoles, 4 de julio de 2018

EL ARRESTO DE LOS TEMPLARIOS, COCINADO A FUEGO LENTO

ORDEN DE ARRESTO DE LOS TEMPLARIOS (ARCHIVOS NACIONALES FRANCIA)

Se expone la prueba tangible del documento que recoge las directrices del arresto de los Caballeros Templarios, perpetrado con nocturnidad y alevosía. Desde mediados del mes de septiembre de 1307 se celebraron consejos secretos en Monbouison , desde donde se enviaron los correspondientes correos a Bayles y Senescales, mediante pliegos cerrados, acompañados de las pertinentes instrucciones de no ser abiertos, hasta la vigilia del día 13 de octubre de ese mismo año, con pena de la vida propia de no ser cumplidas las órdenes y divulgar el secreto, ya que de lo que se traba era de, ejecutar el arresto simultáneamente.

 

Es de un gran cinismo que el Rey Felipe IV el Hermoso invitara el día anterior al arresto de los Templarios al propio Jacques de Molay y a 140 caballeros, a las exequias por los funerales de la Princesa Catalina de Courtenay en la iglesia de los dominicos de París Basílica de Saint Denis, cuñada del Rey, heredera del imperio de Constantinopla y esposa del Conde Carlos de Valois, donde el mismo de Molay portó una de las gasas que adornaban el féretro.

 
SELLO DE CATALINA DE COURTENAY

Si bien algo sospechaban los Templarios de que algo se estaba preparando, no podían imaginar que ocurriera inminentemente y máxime cuando había un ambiente de aparente cordialidad en esos días de los funerales. Entre Clemente V y Felipe el Hermoso se fraguó la venganza, Guillermo de París es el que dio la orden y Guillermo de Nogaret fue el que llevó a cabo los arrestos.

En la orden de arresto se especifica los pormenores de cómo debía ser el arresto, interrogatorios, torturas, confiscación de bienes etc.

 

El destino de los Templarios habría sido muy distinto si no hubiesen interceptado los esbirros del rey en Lyon, unas cartas del Maestre Templario de Ultramar, que portaban unos eclesiásticos, en las que se le advertía a Jacques de Molay de lo que se cernía sobre él y la orden, así mismo le informaba de que los estatutos de la orden depositados en el castillo de Pèlerins ( de los peregrinos ) en Siria, habían sido descubiertos ya que la fortaleza siria tuvo que ser abandonada tras el asedio en 1291.

RUINAS CASTILLO DE PELERINS

VISTA DEL LAS RUINAS DEL CASTILLO DE PELERINS

viernes, 20 de abril de 2018

JEAN DE DREUX, UN CAPETO ENTRE TEMPLARIOS




Del matrimonio formado por Jean 1º de Dreux y de Braine y María de Borbón – Dampierre nacieron tres hijos, Robert IV de Dreux (1241 – 1282) quinto conde de Dreux y de Montfort, Yolanda (1243 – 1304) condesa de Braine, casada en primeras nupcias con  Amaury II señor de Craon y en segundas nupcias con Jean de Trie conde de Dammartín. El tercer hijo del matrimonio y objeto del estudio fue Jean de Dreux, que como segundo hijo varón del matrimonio y no ser heredero de la familia, le llevó a ingresar en la Orden del Temple, nacio en 1245 y murió en las cruzadas en 1275. Fue un Capeto por parte del linaje materno, María de Borbón – Dampierre, nacida en 1220 y enterrada en la iglesia de la Abadía de Saint Yved de Braine, en Francia donde yace junto al corazón de su esposo, muerto en Nicosia, hecho que obligó a trasladar solo esa parte de su cuerpo. 

 
ABADÍA DE SAINT YVED DE BRAIN

TUMBA DE MARÍA DE BORBÓN DAMPIERRE. ABAJO A LA IZQUIERDA  LA PRIMERA EFIGIE ES LA DE SU HIJO EL TEMPLARIO JEAN DE DREUX.




 


Desgraciadamente tras sufrir el templo de la abadía una destrucción, se malograron los sepulcros, pero nos quedan las ilustraciones de ellos, efectuadas antes del desastre irreparable. En la ilustración que representa la tumba de su madre, podemos observar a sus pies una serie de efigies esculpidas, siendo la primera de la izquierda, la que representa a su hijo templario Jean de Dreux.


En cuanto al linaje del templario Jean de Dreux, hemos de remontarnos a sus más ancestros de los que se tiene noticia histórica. Comenzaría su línea de sangre con Lambert de Hesbaye en el año 665, cuyo origen estaría relacionado con los antiguos reyes francos o merovingios por ejercer sus antepasados cargos en el palacio de reyes merovingios como Dagoberto I, Clovis II y Clotario III. Fundador de la dinastía de los Robertinos, precursor de la dinastía de los Capeto y antecesor de la dinastía de los Carolingios.


La genealogía Borbón - Dampierre es la rama francesa de la dinastía Borbón que reina actualmente en España. La figura más representativa de dicha rama francesa, estuvo encabezada por Emmanuelle de Dampierre, duquesa de Anjou y condesa de Segovia, nacida en Roma en 1913 y fallecida en 2012. Su esposo Jaques Henri de Borbón duque de Anjou fue pretendiente a dos tronos, al de Francia y España, ya que era hijo de Alfonso XIII, pero al verse obligado a partir al exilio por el establecimiento de la república, sus anhelos se vieron  frustrados.

Emmanuelle de Dampierre tuvo dos hijos, Gonzalo de Borbón, duque de Bretaña y de Aquitania y Alfonso de Borbón (1936 – 1989), duque de Borbón y de Borgoña, así mismo duque de Anjou y de Cádiz. Su matrimonio con Carmen Martinez Bordiu y Franco, tuvo como fruto dos hijos Francisco de Borbón, fallecido en accidente de tráfico en 1984 y Luis de Borbón, actual pretendiente legítimo al trono de Francia.

ESCUDO DE ARMAS DAMPIERRE

 

La historia aparentemente inconexa nos demuestra una vez más que todo está relacionado en este intrincado laberinto. Sangre templaria, corre por las venas de un descendiente vivo en la actualidad y que nos lleva a preguntarnos si no representa una contradicción el hecho de que un Capeto formara parte de la Orden del Temple. Esta aparente contradicción viene de la mano de una supuesta animadversión de los templarios a esta dinastía, si bien es cierto que fue al contrario y fueron los Capetos los que iniciaron la persecución y desprestigio del Temple. El hecho de que a raíz de la muerte de su último Gran Maestre Jacques de Molay, se produjeron una serie de fallecimientos en el seno de la familia de los Capetos, más bien obedece a una posible venganza, que a una maldición.

 

ILUSTRACIÓN TUMBA DE MARÍA DE BORBÓN DAMPIERRE

 

sábado, 4 de noviembre de 2017

NERO, EL MASÓN





Me encuentro con un magnífico sello del siglo XIII del gremio de los masones, que como se sabe, engloba a muchos oficios y a todos se les llama genéricamente masones. Pero cada "Maestre" de gremio tenía su sello para identificar sus trabajos de los de otros del mismo gremio. Los signos lapidarios o de los canteros que trabajaban la piedra, han superado en su mayoría el paso del tiempo, pero los signos hechos por los carpinteros o ebanistas, han sucumbido al fuego, que a menudo se producían en las iglesias y catedrales, donde las vigas y otras estructuras de madera eran las primeras en arder.

 
Sello de Neri o Nero el Masón - siglo XIII, Museo Británico

 

 

Los “Magister” carpinteros, decidieron posteriormente acuñar sus obras en las empuñaduras de las espadas, colocando su firma entre la hoja y la empuñadura, pero ante el desgaste propio del uso, tampoco han sobrevivido muchos ejemplos. Decir que en el oficio de la masonería los primeros maestros fueron los carpinteros, ya que las primigenias construcciones fueron de madera, aunque posteriormente compartieron el mismo gremio, carpinteros y canteros. Todo ello tiene una connotación religiosa, referente al cristianismo primitivo ya que se sitúa a Jesús como hijo de carpintero, dotándole de toda la simbología masónica, queriendo transmitir que José era el denominado por los masones “Arquitecto del Universo” y a su vez José era hijo del “Gran Arquitecto del Universo” o como lo identifican los masones por sus iniciales “G.A.D.U.”. 

 

Pero dejemos a parte estas disquisiciones teológicas y simbólicas. Este sello que nos ocupa lleva la cruz paté preceptiva de los masones/canteros de la Edad Media, el dibujo característico de la escuadra y un martillo. Por otra parte lleva una inscripción, que el Museo Británico identifica con su dueño que se llama "Neri" y la traduce como "Neri o Nero el Masón". Pues no es correcto del todo y parece mentira que todo un museo que tiene expertos de todo tipo no se haya dignado a especificar de qué gremio era Neri o Nero. Si atendemos al resto de la inscripción veremos que hay una abreviatura latina que dice [LAP] y viene de la palabra  [LAPICIDAE] que significa, pájaro carpintero, con lo cual este señor era del gremio de los carpinteros. ¿Era tan complicado poner una descripción correcta de la pieza ? ¿Y se las dan de eruditos?