jueves, 6 de septiembre de 2012

CÁTAROS, LOS HEREJES PERFECTOS.






Los Cátaros, llamados también albigenses, extendieron su gnosticismo por  Europa entre los siglos X y XII, enraizando en tierras de Languedoc en Francia, bajo el auspicio de parte del feudalismo, vasallo de la Corona de Aragón, si bien sus orígenes se remontan a Bulgaria en el siglo X, con los Bogomilos, hermanos orientales de los cátaros. Los llamaban herejes, quizás porque la verdad molesta y es contraria a los intereses de una iglesia funesta, corrupta y opresora a la que denominaban la prostituta de Babilonia. La acusaban de contradecir los postulados primigénios, haciendo ostentación de fastos y riquezas. En el siglo XIII las tierras de Langue d’Oc, así denominadas por el idioma hablado en el país, no pertenecían a Francia si no a los condes de Tolosa, tierras que aún vierten en el alma de quien la visita, el horror cometido contra los buenos hombres y mujeres, más de 200, a los pies del actual Castillo de Montsegur, último bastión Cátaro el 16 de Marzo de 1244, tierra que contó con una densa presencia templaria, pero el inicio de la sangrienta cruzada contra los cátaros se inició en Béziers en 1209, bajo el mando de Simón de Montfort. En ese horrible suplicio ya fueron precedidos por una docena de hermanos, de la Catedral de Orleáns, que fueron quemados en 1022, por orden de Roberto el Piadoso (que ironía), perteneciente a la dinastía de los Capeto.

 

 


 

Despojos de lo que fue la cuna de la herejía, próspero territorio antaño, ordenado destruir por la inquina de reyes y papas. La búsqueda de la verdad y el conocimiento, es siempre perseguida y aniquilada, en esas tierras fueron quemados en un acto genocida, más de 100.000 cátaros, por orden del Papa en la cruzada albigense, que debe su nombre a la ciudad de Albi, uno de los lugares donde se originó la herejía. Hay vestigios de las inquietudes esotéricas que primaban en el seno de los cátaros, como la alquimia, plasmando signos identificativos en las casas de localidades como Alet-les-Bains, cerca de Limoux. No en vano por esta causa, en 1335 la Inquisición que ya había constatado que la extensión de esas creencias o prácticas, habían llegado a Touluse y Carcasonne, acusó a 63 personas de hechicería, arrancándoles confesiones por los métodos habituales en ella. La orden de los Dominicos que nutrió las filas de la inquisición de eficientes sanguinarios, que supieron arrancar con sus sádicos métodos confesiones interesadas, que hoy en día carecen de valor. Entre los testimonios destaca el de una joven llamada Anne-Marie de Georgel, quien declaró que para los cátaros existían dos dioses, el creador del mundo y el de los cielos.

 

 

Es notoria la dualidad existente en las creencias de los cátaros, proveniente del gnosticismo y el maniqueísmo, corriente religiosa universalista, fundada por el sabio persa Mani, consistente en la creencia de dos principios creadores, que estaban en continua pugna, asociados a la luz y a las tinieblas, tal y como creían también otros grupos similares como los mandeos, seguidores de Juan el Bautista. Los postulados cátaros definen un reino de Dios, creador de las almas y los cielos, de todo lo espiritual y un Dios malo (Satán) creador de todo lo corrupto, del mundo material, las guerras y la iglesia. Así mismo creían que la iglesia había encarnado en Cristo la difusión de su fe, haciendo de él un instrumento corrupto. No admitían que Jesús fuera una encarnación, sino una aparición, puesto que un Dios bueno, creador de las almas y el cielo, no habría manifestado una forma material y corrupta, para llevar el mensaje y el camino divino. Esta postura proviene del docetismo, que sostiene que Jesús, no nació de la Vírgen, no fue crucificado, porque no era un cuerpo real. Fue el filósofo gnóstico Basílides quien hizo la afirmación de que, quien cargó con la penitencia de Jesús fue, Simón de Cirene.

Así mismo sostenían que el pecado se produjo en el cielo, perpetuándose en la materia, confinada el alma en un cuerpo corrupto, del que había que desprenderse, para llegar a la iluminación y salvación, por medio de la gnosis, del conocimiento, que era el estado primigenio de las almas y así volver al origen. Creían en la reencarnación y negaban el bautismo por medio del agua, llevaban una vida ascética por la cual se llegaba al grado de perfecto. Se oponían al matrimonio con fines reproductivos y la alimentación que tuviese un origen emanado por generación, como los huevos, carne y leche. Vestían de negro o de azul oscuro con un simple cinto, eran vegetarianos y vivían en la más estricta castidad. Se decía de ellos que llevaban una existencia irreprochable. Moraban en “castrum” o castros pueblos o poblados fortificados, que han sido confundidos por castillos, nada más lejos de la realidad, esos castros se encontraban a los pies de torres feudales, ya que los castillos a los que se les atribuye un origen cátaro, fueron posteriores a los acontecimientos que nos ocupan. Sin duda los parajes son de inigualable belleza y merecen su visita, pero no desde la perspectiva cátara por no ser sus artífices en la construcción de dichos castillos. Un ejemplo de castrum cátaro en el de Cabaret (Aude), cuyas excavaciones realizadas por la arqueóloga Marie Elise Gardel han puesto de manifiesto un hermoso pueblo en piedra.

Su organización comunal era mixta, tenían sus obispos y un único sacramento que era el consolamentum , era en sí tres sacramentos en uno, el bautismo, comunión y extremaunción, que se aplicaba mediante unas palabras del evangelio de San Juan, en su mayoría a la hora de su muerte y eran convertidos en perfectos. En casos extremos por enfermedad, practicaban la endura, un suicidio por inanición y ese ayuno total les valía el derecho al consolamentum. Se tiene constancia de dos textos cátaros que han llegado a nosotros, Liber de Doubus principiis  “El libro de los dos principios”  y “ La cena secreta”. También se conserva un solo ejemplar de la Biblia Cátara, escrita en occitano, cuya traducción en francés fue a cargo de René Nelli en su libro “Ecritures Cathares. (Enlace de la Biblia Cátara, en occitano,  al final del artículo para su descarga).

 

                                                                    Montsegur

 

Si bien se ha hablado durante al articulo de Cátaros, es más bien una palabra despectiva, identificando a los herejes por parte de la iglesia. No proviene, como se suele aceptar del griego katharos (καθαρός), los puros, que en realidad es lo que eran, si no que su denominación peyorativa se le da la palabra cattus, "gato", incidiendo en que eran herejes y brujos. Yo prefiero llamarlos los Buenos hombres y mujeres, que vivían de acuerdo con sus principios y creencias en las ciudades de Carcassonne , Foix, Cahors y Albi.

 

                                                                Carcassonne

 

El final de los cátaros se circunscribe en el castillo de Montsegur, se rodea de misterio y de leyenda, si bien es cierto que en contra de lo que se piensa, Montsegur no fue notario del final de los cátaros, o más bien su castillo, no fue testigo de su agonía. Excavaciones arqueológicas y testimonios de casi una veintena de supervivientes, recogidos por un inquisidor, revelan que quienes habitaron ese gran paraje, jamás vieron con sus ojos el castillo de Montsegur porque aún no existía, en ese tiempo era un castrum, o sea un pueblo fortificado. Su tesoro fue el conocimiento y el ejemplo de vida, llevado quizás por buenos hombres como Hugo, Sabatier etc, para que otros siguieran con su labor, como los exiliados en Cremona, nada material en lo concerniente a reliquias, opuesta esa práctica o atesoramiento a sus principios. La leyenda posterior, fraguada y alimentada por intereses varios, no es la esencia ni la verdad de los Buenos hombres.

 

 Estela en conmemoración a los cátaros quemados

 

 

 Muerte de Simón de Montfort durante el asedio a Toulouse

 

“Hay dos iglesias, la una huye y perdona, la otra posee y despelleja “.

 

 

Biblia Cátara en occitano, descarga:

 

http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k91152k.r=cathare.langES

 

 

 

Información sobre textos cátaros en estos enlaces:

 

http://gnosis.org/library/cathtx.htm

 

 

http://gnosis.org/library/cathar-two-principles.htm

2 comentarios:

  1. Un trabajo merecedor de pararse a leer y recrearse en todo dato aqui reselado, incluyendo las cifras que pasaremos por alto pues por no hacer algebras y aproximaciones decimales, solo en La Vall dels Cremats de la ladera bajo el Castillo de Montsegur, fueron sacrificados en la hoguera mas, y digo mas de 300 y solo en ese lugar. La expresión Cruzada Albigense es sin lugar a dudas un genocidio de gran escalaen el que la gente no repara si no más cuando se tacha dee (Cruzada), lo que nos indica que es una campaña de extrminio a lo "top-ten" y deun calibrte que sobrepasa todo coto y barrera. Aqui se puede contemplar además de unas imágenes verdaderamente buenas, un contnido muy rico y aderezado con esos enlaces que pueden ser de mucha utilidad. Aun hoy en dia, creo que hay gente que desconoce que es el catarismo como tal, como forma de concebir nuestro mundo y como modo de vida, pienso que se adelantaron al tiempo y que tal vez fueron los primeros protestantes de la historia renegando de las doctrinas y mandatos de Roma y eso supuso pagar un muy alto precio y como final decir en conclusión que la ecuación ya ha sido despejada y como resultado final nos da X= a baile de máscaras durante 2000 años o más y digo más aludiendo a lo anteriormente mencionado , no hacer mas cálculos. Una muy buen Tarea y digna.

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  2. Muchas gracias por tu valoración, se ha intentado condensar lo importante para que se tenga una apreciación justa de lo que fue el catarismo y quienes lo profesaron, despojando de romanticismos literarios, que envuelven a los hechos de cualquier índole, en puras fantasías, en detrimento de la verdad.

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SE RUEGA CORRECCION.