Las explicaciones que dan los
expertos en arte y los museos son para llorar. El verdadero mensaje que da este
pintor flamenco sucesor de Jan Van Eyck, es la alquimia, que como se sabe está
íntimamente ligada a los templarios. No me refiero a la transmutación de
metales en oro, si no a la alquimia sexual, que es el verdadero cometido y el
supremo poder, que se encargaron de preservar y de asegurar su transmisión. El
lazo, trapo, hilo, etc rojo, que se representan siempre en las ilustraciones e
indumentaria de los templarios, no es solamente la sangre derramada por la
batalla, no es solamente el linaje de sangre, es también un ritual sexual alquímico,
en el que entraba la sangre de lo que se llama “el menstruo”, es una fusión del
semen y la sangre menstrual, en una unión sexual, no llevada por la pasión ni
los arrebatos, en la que hombre y mujer eran uno solo en todos los aspectos. Se
producía una transmutación, por eso pocos llegaban a ese nivel, porque requería
de un cierto ritual solo conocido por los iniciados. Incluso hay una pauta que
recoge algún que otro texto de alquimia, en la que se especifica que la unión
de esos dos fluidos, se ha de ingerir. Es por ello que quién llegara a ese
nivel, cuando engendraban un hijo, ese ya era fruto de una pareja elevada e
iniciada, de ahí los avatares espirituales que se tildan con ese carisma. Eso
se enseñaba en las escuelas histéricas egipcias a los adeptos e iniciados más
elevados y de ahí que siempre el alquimista verdadero tenga que ir acompañado
de la mujer, que no es otra cosa que una sacerdotisa que le inicia en esa magia
sexual, ya que ellas formaban parte de los templos como sacerdotisas (no solo
religión) desde pequeñas.
En uno de los cuadros que nos
ocupa, en el de la pareja que está aparentemente con un orfebre, en los
detalles de la tela roja de la mesa en forma espiral y sinuosa, tal y como la
representan los templarios, incluso en sus firmas en los escritos, reflejan esa
especie de espiral. La pareja está ricamente representada, como nobles, pero
son la pareja iniciática, puesto que le entregan oro (en forma de anillos), los
“eruditos” dicen que es que se van a casar por eso le llevan los anillos al
orfebre, pero esa mujer lleva un velo cayéndole en la frente, signo de estar
embarazada y la cinta por debajo del
pecho que denota su estado de buena esperanza.
Los utensilios de las
estanterías, apoyados dos trozos, uno de cristal uno de madera (lo bruto y lo
pulido en masonería), la rama de tres brazos ( la vida del árbol y la trinidad
padre madre e hijo, no padre hijo y espíritu santo como dice la iglesia), el
espejo que se reflejan dos personas, de nuevo la pareja como reflejo de la que
hay dentro, con un águila o ave rapaz en el brazo de ella, símbolo del mercurio
de los sabios en alquimia y que significa la llave de la naturaleza, o sea la
vida.
Por otro lado, el cuadro que
representa a San Antonio. Detrás de él a quien tiene es al maestro representado
por un ermitaño y ¡¡¡sorpresa !!!, ¿qué tiene en el pecho prendido de la
sotana?... Una TAU, símbolo templario. Como se puede comprobar en estos dos
ejemplos, hay que mirar el arte de una manera diferente, ya que los pintores
tenían conocimientos ocultos, que no podían mostrar a la ligera y tenían que
velarlos de esa manera.