Los caballeros Templarios tuvieron contactos con Egipto y su cultura. De ellos y de las tres religiones que en aquellos tiempos convivían, el Islam, el Cristianismo y el Judaísmo, adquirieron muchos y valiosos conocimientos, en las más diversas áreas. En Egipto dejaron la huella de su paso, para constatar a modo de baliza, de donde provenía parte de su sabiduría. Tal es el caso del templo de File o Fhilae, dedicado a la Diosa Isis, cuyo culto se extendió por todo el Mediterráneo. El enclave original del templo quedó sumergido por las aguas de la presa de Asuán, pero los templos que conformaban el complejo de edificaciones, se ubicaron piedra a piedra en el islote de Agilkia. Ellos sabían perfectamente donde se impartían las enseñanzas en el antiguo Egipto y eran en los templos, que no solo eran para el culto, si no que también eran escuelas iniciáticas. Podemos ver claros ejemplos, acuñados en la piedra del templo de Isis.
Isis es la Diosa de la fertilidad y los templarios rendían culto a la Diosa Madre de la fertilidad, el culto a las vírgenes negras, como transmisión de ese conocimiento adquirido en Egipto. La Diosa amamantando al niño Horus, al igual que la iconografía religiosa católica, que ha llegado hasta nosotros. Un conocimiento esotérico, representado por el hecho de amamantar a un hijo, el cual a través de la leche materna adquiere ese saber.
Isis amamantando a Horus.
La Virgen de la leche y Bernardo de Claraval.
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