domingo, 19 de agosto de 2012

PETRUS CHRISTUS. LA ALQUIMIA EN EL ARTE







Las explicaciones que dan los expertos en arte y los museos son para llorar. El verdadero mensaje que da este pintor flamenco sucesor de Jan Van Eyck, es la alquimia, que como se sabe está íntimamente ligada a los templarios. No me refiero a la transmutación de metales en oro, si no a la alquimia sexual, que es el verdadero cometido y el supremo poder, que se encargaron de preservar y de asegurar su transmisión. El lazo, trapo, hilo, etc rojo, que se representan siempre en las ilustraciones e indumentaria de los templarios, no es solamente la sangre derramada por la batalla, no es solamente el linaje de sangre, es también un ritual sexual alquímico, en el que entraba la sangre de lo que se llama “el menstruo”, es una fusión del semen y la sangre menstrual, en una unión sexual, no llevada por la pasión ni los arrebatos, en la que hombre y mujer eran uno solo en todos los aspectos. Se producía una transmutación, por eso pocos llegaban a ese nivel, porque requería de un cierto ritual solo conocido por los iniciados. Incluso hay una pauta que recoge algún que otro texto de alquimia, en la que se especifica que la unión de esos dos fluidos, se ha de ingerir. Es por ello que quién llegara a ese nivel, cuando engendraban un hijo, ese ya era fruto de una pareja elevada e iniciada, de ahí los avatares espirituales que se tildan con ese carisma. Eso se enseñaba en las escuelas histéricas egipcias a los adeptos e iniciados más elevados y de ahí que siempre el alquimista verdadero tenga que ir acompañado de la mujer, que no es otra cosa que una sacerdotisa que le inicia en esa magia sexual, ya que ellas formaban parte de los templos como sacerdotisas (no solo religión) desde pequeñas.
En uno de los cuadros que nos ocupa, en el de la pareja que está aparentemente con un orfebre, en los detalles de la tela roja de la mesa en forma espiral y sinuosa, tal y como la representan los templarios, incluso en sus firmas en los escritos, reflejan esa especie de espiral. La pareja está ricamente representada, como nobles, pero son la pareja iniciática, puesto que le entregan oro (en forma de anillos), los “eruditos” dicen que es que se van a casar por eso le llevan los anillos al orfebre, pero esa mujer lleva un velo cayéndole en la frente, signo de estar embarazada  y la cinta por debajo del pecho que denota su estado de buena esperanza. 








Los utensilios de las estanterías, apoyados dos trozos, uno de cristal uno de madera (lo bruto y lo pulido en masonería), la rama de tres brazos ( la vida del árbol y la trinidad padre madre e hijo, no padre hijo y espíritu santo como dice la iglesia), el espejo que se reflejan dos personas, de nuevo la pareja como reflejo de la que hay dentro, con un águila o ave rapaz en el brazo de ella, símbolo del mercurio de los sabios en alquimia y que significa la llave de la naturaleza, o sea la vida.






Por otro lado, el cuadro que representa a San Antonio. Detrás de él a quien tiene es al maestro representado por un ermitaño y ¡¡¡sorpresa !!!, ¿qué tiene en el pecho prendido de la sotana?... Una TAU, símbolo templario. Como se puede comprobar en estos dos ejemplos, hay que mirar el arte de una manera diferente, ya que los pintores tenían conocimientos ocultos, que no podían mostrar a la ligera y tenían que velarlos de esa manera.





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