"La última cena de Da Vinci", donde representó unos panes Arton, pan con levadura |
La última cena. Esa cena Pascual
transcendental que ha marcado la deriva de la religión católica, en la que se
dice que Jesús celebró la
Eucaristía, repartiendo pan y vino como símbolos de su cuerpo
y sangre y dando a beber de su propia copa. Eso han creído millones de
creyentes durante más de dos milenios. Pero solo tenemos que pararnos en
analizar unas cuantas cuestiones históricas de gran relevancia, pero
desapercibidas para las mentes cegadas por la fe, y nos daremos cuenta de que
eso no ocurrió. Jesús era judío y como tal, se debía a las tradiciones propias
del judaísmo y jamás habría instituido una Eucaristía donde se “coma” y se
“beba” el cuerpo y sangre de una persona, que encima se cree un semidios, no
entra en los parámetros del judaísmo. La interpretación de esa cena, que fue
una cena de despedida y no Pascual, se reflejó posteriormente en los Evangelios,
fue preconizada esa interpretación por San Pablo, para justificar la ceremonia
de la Eucaristía
que posteriormente se celebraba en las misas. Hay otra razón por la que esa
cena no fue Pascual y es que, según rezan las escrituras, en esa supuesta
Eucaristía se comió pan Ácimo o “Akimo”, o sea, pan sin levadura. Pero hay una
contradicción, en esa celebración y es que los judíos para ese acontecimiento
anual, mataban a un cordero en el templo y se come con la familia. El cordero
se ha de consumir a toda prisa y los restos se han de quemar y se acompaña con
un ritual que consta de cuatro copas de vino, lo que se denomina la
pronunciación del “Quidús” o “Kiddush” y en ese ritual, la o las copas, porque
en ocasiones solo había una copa, se van pasando al resto de comensales. Si hay una copa se beben cuatro sorbos y si hay cuatro copas se bebe un sorbo de cada una de ellas. Fuera
de esa celebración, el resto del año se come “Arton” pan con levadura. Así pues
Yoshua comió en su cena de despedida pan “Arton” y no fue una cena Pascual
puesto que, no se sacrificó ningún cordero.
Vasos o copas de la época de Jesús, al igual que los que figuran en los supuestos cálices de León y Valencia. Museo Británico |
Según la tradición judía, el rito
del “Quidús” es un rito de alegría, por lo tanto se da en celebraciones donde
no cabe ningún hecho luctuoso o triste, por lo cuál esa cena, si fue de
despedida, no sería con motivo del apresamiento y posterior ejecución de Jesús.
Así que ateniéndonos a las costumbres judías de la época el “Quidús” se da
también en otros ritos de paso, como una boda o una circuncisión. Entonces ¿qué
tipo de celebración tuvo lugar?, ¿realmente fue una despedida? O quizás
¿celebraban una boda o circuncisión?, sea lo que fuere lo que sí es seguro es
que, no fue una cena pascual. Por otra
parte la copa en la que se hace el rito del “Quidús”, ha de estar perfectamente
limpia, sin ningún desperfecto y dependiendo de la posición económica de la
familia, podía ser de plata o de algún material noble, algunas de ellas
finamente labradas o con el nombre del anfitrión grabado en la copa y era el
cabeza de familia el que realizaba este ritual y daba a beber al resto. Si
indagamos en la ley y costumbres judaicas, se ve en el contexto justo donde
pudo acontecer la “última cena” y tal vez comprender que los recipientes a los
que se les atribuye la titularidad de “griales” no sean más que parte del ajuar
del siglo I que utilizaban numerosas familias judías para la celebración del
“Quidús”.
Ejemplo actual de una copa para el Kiddush o Quidús, con inscripción y pan Akimo o ácimo, sin levadura |
No se puede determinar que esos recipientes tocaran los labios de una
persona en concreto y menos acotar ese objeto a la persona de Jesús, porque en
la hipótesis indemostrable de que así fuera, el borde de ese recipiente habría
sido acariciado por los labios de todos los comensales y por el detalle de que
las copas del “Quidús”, en su mayoría debían llevar escrito el nombre del
anfitrión y esas copas no llevan ningún tipo de inscripción. Ahora bien, se
abre un campo de hipótesis sobre esa celebración, si fue una boda o una
circuncisión, ¿podría tratarse de la unión de Jesús con María Magdalena, ya que
se atribuye la presencia de la
Magdalena en esa cena?, o por el contrario se ¿trataría de la
celebración de la circuncisión del hijo de ambos? Si esa copa, protagonista de
esa “última cena” llevaba el nombre del anfitrión de la casa donde se celebró,
¿qué nombre llevaría? ¿el del dueño de la casa que supuestamente le dejaron a
Jesús para tal evento? O por el contrario ¿era Jesús el dueño del recinto donde
tuvo lugar esa cena? Si la copa llevaba el nombre del “conocido” que le prestó
la casa para esa cena, sabríamos acotar el lugar exacto donde se produjo tal
hecho e indagar quién era esa persona, pero en todo caso no se utilizaría una
copa con el nombre de otra persona, se utilizaría una copa sin grabar. Por el
contrario, si esa copa llevaba el nombre de Jesús, como es de esperar, ya que
ejercía de anfitrión en esa cena y el recinto probablemente era suyo, entonces
estamos en la tesitura de que puede haber una copa con el nombre grabado de
Jesús, que probablemente estuvo custodiada por el Temple, pero que no dejaría
de ser un mero objeto histórico de poder, sin ninguna propiedad milagrosa, con
gran valor arqueológico y codiciado por la curia en relación con las luchas intestinas en la
iglesia católica, ya que los judíos no reconocen a Jesús como Mesías y mucho
menos como un ser divino o semidivino. Es un camino a recorrer cuanto menos,
fascinante.
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