jueves, 27 de julio de 2017

EL GRIAL, UNA COPA MILAGROSA QUE JAMÁS EXISTIÓ



"La última cena de Da Vinci", donde representó unos panes Arton, pan con levadura




La última cena. Esa cena Pascual transcendental que ha marcado la deriva de la religión católica, en la que se dice que Jesús celebró la Eucaristía, repartiendo pan y vino como símbolos de su cuerpo y sangre y dando a beber de su propia copa. Eso han creído millones de creyentes durante más de dos milenios. Pero solo tenemos que pararnos en analizar unas cuantas cuestiones históricas de gran relevancia, pero desapercibidas para las mentes cegadas por la fe, y nos daremos cuenta de que eso no ocurrió. Jesús era judío y como tal, se debía a las tradiciones propias del judaísmo y jamás habría instituido una Eucaristía donde se “coma” y se “beba” el cuerpo y sangre de una persona, que encima se cree un semidios, no entra en los parámetros del judaísmo. La interpretación de esa cena, que fue una cena de despedida y no Pascual, se reflejó posteriormente en los Evangelios, fue preconizada esa interpretación por San Pablo, para justificar la ceremonia de la Eucaristía que posteriormente se celebraba en las misas. Hay otra razón por la que esa cena no fue Pascual y es que, según rezan las escrituras, en esa supuesta Eucaristía se comió pan Ácimo o “Akimo”, o sea, pan sin levadura. Pero hay una contradicción, en esa celebración y es que los judíos para ese acontecimiento anual, mataban a un cordero en el templo y se come con la familia. El cordero se ha de consumir a toda prisa y los restos se han de quemar y se acompaña con un ritual que consta de cuatro copas de vino, lo que se denomina la pronunciación del “Quidús” o “Kiddush” y en ese ritual, la o las copas, porque en ocasiones solo había una copa, se van pasando al resto de comensales. Si hay una copa se beben cuatro sorbos y si hay cuatro copas se bebe un sorbo de cada una de ellas. Fuera de esa celebración, el resto del año se come “Arton” pan con levadura. Así pues Yoshua comió en su cena de despedida pan “Arton” y no fue una cena Pascual puesto que, no se sacrificó ningún cordero. 

Vasos o copas de la época de Jesús, al igual que los que figuran en los supuestos cálices de León y Valencia. Museo Británico



Según la tradición judía, el rito del “Quidús” es un rito de alegría, por lo tanto se da en celebraciones donde no cabe ningún hecho luctuoso o triste, por lo cuál esa cena, si fue de despedida, no sería con motivo del apresamiento y posterior ejecución de Jesús. Así que ateniéndonos a las costumbres judías de la época el “Quidús” se da también en otros ritos de paso, como una boda o una circuncisión. Entonces ¿qué tipo de celebración tuvo lugar?, ¿realmente fue una despedida? O quizás ¿celebraban una boda o circuncisión?, sea lo que fuere lo que sí es seguro es que, no fue una cena pascual.  Por otra parte la copa en la que se hace el rito del “Quidús”, ha de estar perfectamente limpia, sin ningún desperfecto y dependiendo de la posición económica de la familia, podía ser de plata o de algún material noble, algunas de ellas finamente labradas o con el nombre del anfitrión grabado en la copa y era el cabeza de familia el que realizaba este ritual y daba a beber al resto. Si indagamos en la ley y costumbres judaicas, se ve en el contexto justo donde pudo acontecer la “última cena” y tal vez comprender que los recipientes a los que se les atribuye la titularidad de “griales” no sean más que parte del ajuar del siglo I que utilizaban numerosas familias judías para la celebración del “Quidús”. 

Ejemplo actual de una copa para el Kiddush o Quidús, con inscripción y pan Akimo o ácimo, sin levadura

No se puede determinar que esos recipientes tocaran los labios de una persona en concreto y menos acotar ese objeto a la persona de Jesús, porque en la hipótesis indemostrable de que así fuera, el borde de ese recipiente habría sido acariciado por los labios de todos los comensales y por el detalle de que las copas del “Quidús”, en su mayoría debían llevar escrito el nombre del anfitrión y esas copas no llevan ningún tipo de inscripción. Ahora bien, se abre un campo de hipótesis sobre esa celebración, si fue una boda o una circuncisión, ¿podría tratarse de la unión de Jesús con María Magdalena, ya que se atribuye la presencia de la Magdalena en esa cena?, o por el contrario se ¿trataría de la celebración de la circuncisión del hijo de ambos? Si esa copa, protagonista de esa “última cena” llevaba el nombre del anfitrión de la casa donde se celebró, ¿qué nombre llevaría? ¿el del dueño de la casa que supuestamente le dejaron a Jesús para tal evento? O por el contrario ¿era Jesús el dueño del recinto donde tuvo lugar esa cena? Si la copa llevaba el nombre del “conocido” que le prestó la casa para esa cena, sabríamos acotar el lugar exacto donde se produjo tal hecho e indagar quién era esa persona, pero en todo caso no se utilizaría una copa con el nombre de otra persona, se utilizaría una copa sin grabar. Por el contrario, si esa copa llevaba el nombre de Jesús, como es de esperar, ya que ejercía de anfitrión en esa cena y el recinto probablemente era suyo, entonces estamos en la tesitura de que puede haber una copa con el nombre grabado de Jesús, que probablemente estuvo custodiada por el Temple, pero que no dejaría de ser un mero objeto histórico de poder, sin ninguna propiedad milagrosa, con gran valor arqueológico y codiciado por la curia  en relación con las luchas intestinas en la iglesia católica, ya que los judíos no reconocen a Jesús como Mesías y mucho menos como un ser divino o semidivino. Es un camino a recorrer cuanto menos, fascinante.